Jackalope Hotel

Ubicado en la región vinícola de la península de Mornington, Australia, el lujoso Jackalope Hotel toma su nombre del mítico animal del folklore norteamericano. Al llegar, los viajeros son recibidos por una versión monolítica de la liebre astada, resultado de la colaboración de la artista Emily Floyd y UAP Studio.

El proyecto arquitectónico y los interiores estuvieron a cargo de Carr Design Group, quienes realizaron una interpretación moderna de la arquitectura local —establos y otros edificios para la agricultura— y lograron un alojamiento que, en palabras del despacho, "abraza sus orígenes pero celebra el futuro".

La genial identidad visual fue creada por Fabio Ongarato Design, quienes desarrollaron "una narrativa del sitio basada en el concepto de alquimia: una metáfora para la elaboración del vino".

El negro domina los interiores y en numerosas ocasiones actúa como un fondo perfecto que resalta los detalles con ayuda de la cuidada iluminación:

Su restaurante, a cargo del chef Guy Stanaway, es una atracción por sí mismo, pues ofrece experiencias gourmet únicas basadas en los sabores y olores de la región. Además, en el bar de este hotel boutique se puede encontrar vino de producción propia.

Las 46 suites, decoradas en tonos de gris y negro y caracterizadas por su comodidad y sofisticación, van desde los 38 metros cuadrados hasta los 85, incluyendo éstas últimas zona de comedor, una cocina pequeña y una chimenea de 2 vistas (interior y exterior).

Desde su alberca infinita de 30 metros de largo la vista es espectacular, pues delante de ella interminables viñedos parecen desfilar sobre las colinas bajo un cielo despejado.

El Jackalope Hotel, además de ser un sitio bellamente diseñado bajo un concepto misterioso que al mismo tiempo denota buen gusto, se integra perfectamente a su entorno y es amigable con él gracias a estrategias de sustentabilidad incorporadas al proyecto.◘

Fotos: Sharyn Cairns.